Maridos, Amad A Vuestras Mujeres

por Pablo Moreland

    Como Cristianos somos nuevas criaturas en Cristo. El nos llama a hacer las cosas de una forma distinta, de la forma que El quiere. Dios nos hizo seres sexuales y bendijo la unión matrimonial cuando unió a Adán y a Eva en el jardín de Edén. Para Dios el matrimonio es sagrado. El hizo del matrimonio el fundamento de una sociedad solida y firme. Los hombres hicieron del matrimonio algo muy distinto y por esta razón nuestra sociedad está en caos y nuestras familias se están desboronando. En la carta a los Hebreos capítulo trece, versículo cuatro, encontramos las siguientes palabras:

    Honroso sea en todos el matrimonio y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.Hebreos 13:4 RV95

Así Dios declara por medio del apóstol que el matrimonio es honroso y el acto sexual dentro del matrimonio (lecho sin mancilla) también lo es. Tenemos que acabar con el tabú de hablar de las cosas que Dios ha denominado honroso.

Como cabeza del hogar, el marido tiene la mayor responsabilidad en la relación matrimonial. El tiene que dar dirección tiene que tomar las decisiones porque Dios le cobrará en el futuro. Infelizmente, los hombres tienen pocos ejemplos que pueden seguir en la sociedad moderna. Muchos de nuestros hermanos cristianos fueron criados en hogares donde no había una relación armónica entre su padre y su madre, o hasta que hacía falta un hombre en el hogar por una u otra razón. Pero esto no es escusa para seguir los malos ejemplos que el mundo nos trae. La Biblia está repleta de ejemplos e instrucciones. Miramos lo que el apóstol Pablo dijo a los Efesios acerca de la responsabilidad del hombre en la relación matrimonial.

    Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviera mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa y sin mancha. Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama, pues nadie odió jamás a su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, como también Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos., Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne. Grande es este misterio, pero yo me refiero a Cristo y a la iglesia. Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.Efesios 5:25-33 RV95

Cristo es nuestro ejemplo como esposo. El ama a la iglesia y nos muestra como ser buenos esposos. Siguiendo el ejemplo de Cristo, vemos que no hay campo para el egocentrismo (lo que la sociedad llama «machismo» es solo egocentrismo de parte de un hombre), no hay campo para la indiferencia. Siguiendo el ejemplo de Cristo vemos que tenemos el deber de buscar lo que es mejor para nuestras esposas. ¿Qué petición de parte de la Iglesia es ignorada por su Esposo? ¿Qué actitud de altanero o egocéntrico vemos de parte de Cristo? Ninguno. Al contrario, vemos un esposo que busca el bien de su esposa. Un esposo que provee lo que más necesita ella.

Hermanos, tenemos muchas formas de prepararnos para ser mejores esposos. Algunas áreas que tenemos que mejorar son: el área sexual, el área financiera, el área de comunicación, el área de afecto y romanticismo, y el área de compromiso familiar.

Estas son áreas que muchas veces los hombres NO suplen las necesidades de sus esposas. Por esta razón tenemos que prepararnos para seguir el ejemplo de Cristo en estas áreas. La primera área, la sexual, es donde podemos educarnos para ser mejores amantes. Cosas que tenemos que evitar en esta área son las que enseñan el mundo, porque el mundo tiene un concepto MUY equivocado acerca de esta área. Dios planeó para que un hombre y una mujer, ambos sin experiencia sexual previa, pudieron tener una vida sexual plena, sin resentimientos, ni remordimientos. Hoy tenemos acceso a un gran numero de libros que nos preparan para ser amantes competentes y inteligentes. Algunos que recomendamos a los hermanos casados o que pronto se casarán son: «El Hombre Y La Sexualidad» por Clifford y Joyce Penner, «El Amor Tierno» por Bill Hybels, «El Acto Matrimonial» por Tim y Beverly Lahaye y «Hombres Y Mujeres – Disfrutando La Diferencia» por Larry Crabb. Que Dios aprueba de una vida sexual plena dentro del matrimonio es evidente por las escrituras anotadas arriba y por el libro de Cantares. Más una nota en este tema, cuando el apóstol Pablo escribió «amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella» esto indica que el hombre tiene que sacrificar sus impulsos sexuales egocentricos para poder aprender a ser un amante agradable a Dios. Los hombres y las mujeres son diferentes en sus reacciones sexuales. El hombre sabio aprenderá a entender las necesidades de su mujer, y así llevará una vida sexual mucho más satisfactoria, y su mujer también.

Una área de mucha importancia a una mujer es el área de apoyo financiero. Es interesante que la Biblia contiene más versículos dedicados al dinero que los que hablan de la oración. Debemos dedicarnos a aprender como ser buenos mayordomos de lo que Dios nos ha provisto. Unas enseñanzas bíblicas y bien acertadas se pueden encontrar en los libros escritos por Larry Burkett. Libros como: «Usando Su Dinero Sabiamente» y «Los Negocios Y La Biblia».

Un estudio de bebés que se llevó a cabo muchos años atrás indicó que las niñas recién nacidas movían sus labios más que los niños. Ellas aparentemente están preparándose para cumplir con el dicho «La fuerza del buey está en su cuello. La fuerza del hombre está en sus brazos. La fuerza de la mujer está en su lengua». Pero dejando a un lado los chistes, es verdad que a la mayor parte de las mujeres, la comunicación es de vital importancia. Sabio es el hombre que dedica tiempo cada día para comunicarse de verdad con su mujer.

La necesidad de la mujer de sentirse amada no termina en el altar en el día del matrimonio. Infelizmente, muchos hombres dejan de coquetear a sus novias cuando se convierten en sus esposas. El libro de Cantares indica una relación romántica entre un hombre y una mujer. Ellos participaban en una aventura romántica …. con su propio cónyuge. No requiere grandes recursos para galantear a su esposa. Lo que requiere es imaginación, dedicación y el deseo de suplir las necesidades de su esposa. Un paseo en el parque, una rosa, un dulce u otro gesto de amor será bien recibida por su amada.

En el noticiero aparecen cada nada «Las Madres De Los Soldados Secuestrados». Siempre me pregunto, «¿Y dónde están los padres?» Infelizmente, muchos de los padres han abandonado sus familias, o por lo menos no tienen compromiso familiar, dejando que la esposa hagan el papel de padre y madre de sus hijos y jamás contribuyendo a la disciplina y educación de sus hijos. Dios hizo la familia. La constituyó con un hombre y una mujer y les cargó con la responsabilidad mutua de criar hijos. Como cabeza del hogar le corresponde como hombre de Dios el liderazgo en las responsabilidades disciplinarias en el hogar. Es imperativo que haya harmonía en estos asuntos, que haya común acuerdo para que los hijos pueden crecer con seguridad teniendo la total confianza en el amor de sus padres que se demuestra en la disciplina bíblica.

Hermanos, amad a vuestras esposas, siguiendo el ejemplo de Jesús el Cristo.

 


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