Para qué es la reunión de los discípulos de Jesús el Cristo? Hoy día la moda nos indica que es para “Alabanza y adoración”. Los proponentes de esta teoría se basan en la práctica de los grupos evangélicos y en buscar en el Antiguo Testamento precedentes para estas actividades. Pero lo del Antiguo Testamento es parte del antiguo pacto entre Dios y los judíos, los “hijos de Abraham” según la carne. La práctica de los grupos evangélicos se basa en actividades de la Iglesia Romana (“misas”) y los Reformadores – que tomaron un paso importante hacia la Biblia, pero reteniendo mucha de la forma Romana de hacer las cosas. Si queremos saber lo que Dios quiere de nosotros es mejor regresar al Nuevo Testamento y examinar con cuidado lo que hacían y enseñaban los Apóstoles de Jesús el Cristo.
La cita bíblica en donde se habla directamente a lo que se debe hacer en las reuniones es I Corintios 14:26-40. Voy a tocar en partes de este pasaje pero recomiendo que abres tu Biblia y examines con cuidado lo que está escrito allí. Primero, notamos que los himnos, las enseñanzas, las revelaciones, los mensajes en otras idiomas y sus interpretaciones tenían un fin específico. “Todo esto se debe hacerse para la edificación de la Iglesia.” Interesante. Desde los himnos hasta los mensajes – todo para edificar a la Iglesia. Esto va en contra de la tendencia actual de hacer “Cultos de Alabanza y Adoración” como si Dios necesitara edificación.
Entonces, de donde sacan la idea de que debemos hacer nuestras reuniones para “Adorar y Alabar a Dios”? Muchos se basan en los Salmos y también en el evangelio escrito por el apóstol Juan. Hablando a la mujer samaritana, Jesús dijo: “Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.” (Juan 4:23-24) Es interesante que los que utilicen esta cita para justificar sus prácticas la utilicen para justificar una práctica basada en las antiguas formas de adorar a Dios – en vez de buscar lo que Jesús quería como “adorar en espíritu y en verdad”. Jesús está llamando a la gente a que REALMENTE adoren a Dios, en una forma nueva y distinta a la forma tipográfica del Templo en Jerusalén. La forma antigua era propensa a proveer una forma vacía en que la gente hiciera “las cosas correctas” en “el lugar correcto” y en “el momento correcto” – pero muchas veces con un corazón que NO estaba correcto delante de Dios.
Al contrario, Jesús está llamando a todos a una forma distinta de vivir. Él quiere cambiar nuestra forma de pensar y de vivir, y esta nueva forma de vivir y pensar es la verdadera adoración que Dios quiere. El apóstol Pablo escribió: “Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.” (Romanos 12:1-2) Qué es nuestra “adoración espiritual”? Es “ofrecer nuestro cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios” y ser “transformado mediante la renovación de su mente”. Entonces, para adorar a Dios “en espíritu y en verdad” tenemos que aprender a vivir y pensar de una forma distinta a lo que vive y piensa el mundo. O sea, nuestro “culto a Dios” es nuestra forma de vivir y pensar. No se limita a un día en la semana o a una hora en el día sino en nuestra forma de vivir los 24 horas por día, 7 días en la semana, 52 semanas, o sea, 365 días y seis horas, en el año. A final de cuentas, no fuimos creados en Cristo Jesús para “adorar a Dios” sino para hacer buenas obras. (Efesios 2:10)
17 de Mayo de 2007
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