Las Casadas Estén Sujetas A Sus Propios Maridos

 

por Aurora Moreland

21Someteos unos a otros en el temor de Dios. 22Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor, 23porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.
Efesios 5 :21-23

Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor. Observemos la comparación «Como al Señor«. Esta sujeción no se puede dar si no está de la mano del amor por el esposo. Uno de los malentendidos más frecuentes en la relación matrimonial es precisamente la instrucción que dice «Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor»,puesto que la «mujer moderna» no acepta que el hombre «la mande» pues ella es «igual o mejor» que su marido, pensamientos que lejos están de buscar el bienestar matrimonial, pareciendo mas bien que se tratara de una competencia. Muchos hombres han hecho mal uso de esta instrucción Bíblica pretendiendo que sus mujeres les obedezcan ciegamente, pasando por alto el verso 21 que claramente dice «Someteos unos a otros en el temor de Dios» es decir que esta sujeción debe ser mutua, pues ambos se deben uno al otro, respetando el orden establecido por Dios que dice que es el hombre la cabeza del hogar, a quienes además instruye en el sentido que deben amar a su mujer como a su propio cuerpo. Es responsabilidad del esposo amar a su esposa. Una mujer que se sienta amada, no tendrá el más mínimo inconveniente para sujetarse en amor a su marido.

El someterse quiere decir que está apoyando, afirmando, y manteniendo a su marido como la cabeza de la familia. La esposa es un complemento y una ayuda en lo que el esposo necesita.

RESPONSABILIDAD DE LA ESPOSA PARA CON SU ESPOSO:

 

1. Debe amarlo: «que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.» (Tito 2:4-5)

2. Debe respetar su liderazgo: «Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor»(Efesios 5:22-23). Obediencia no significa que la mujer participe en actividades que puedan anular o comprometer su testimonio cristiano: «Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa». (1 Pedro 3:1-2).

3. Debe respetar a su marido: «Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí sismo; y la mujer respete a su marido». (Efesios 5:33)

Dios quiere que la mujer respete a su marido, quiere decir:
cuidar con fervor, atender, venerar, honrar, ser constante en el cariño, obedecer, apreciar a su marido.

Dios es la fuente de amor, la esposa es el jarrón y el esposo el recipiente. Dios quiere derramar su amor a través de la esposa para con su marido.

Proverbios 31:10-31 presenta la ilustración más completa y bella de como debe ser una buena esposa.

Ella es ambiciosa, capacitada, trabajadora, amable, sabia, confiable, alegre, economista, ayuda a otros, se valora así misma, teme a Dios, y muchas más características. ¿Y qué la motiva a ser una buena esposa? Sus hijos la alaban y su marido también la alaba. «Muchas mujeres han hecho el bien, pero tú las sobrepasas a todas» v 29

Cuando la sumisión es una carga para la esposa, los mandatos de Dios han sido olvidados y sólo existe autoridad humana, pero cuando un esposo cumple con el mandamiento de Dios «amar a su esposa» Col 3:19 entonces la sumisión de la esposa será una fuente mutua de amor y devoción.

Mateo Henry dijo «que la mujer fue tomada no de la cabeza del hombre para que no mostrara que ella era superior a él, ni para que la mujer pensara que era amo del hombre. Fue tomada no del pie, para que no se dijera que la mujer era inferior al hombre ni para que el hombre la pisara. Fue tomada de la costilla para mostrar que era su compañera, su complemento, y no esclava encarcelada; bajo el brazo, para ser protegida y no abusada; cerca del corazón , para ser amada y no aborrecida.»

Hay mujeres que son muy independientes y dominantes, quieren dominar todo menos su propio espíritu. Quieren ser cabeza de la familia en vez de la costilla. Dios ha puesto la costilla en el cuerpo como soporte y para proteger el cuerpo. La costilla no puede hacer su función si está en el cuello. El cuerpo no funciona con facilidad si sus miembros no están en sus lugares legítimos. Tampoco la familia funciona bien si sus miembros no están en sus lugares designados.

Esposas regocijémonos en la autoridad de nuestros esposos. Estemos sujetas a ellos en todo. Es un privilegio especial para movernos debajo de la protección de sus autoridades. Está dentro del plan divino para bendecirnos y ser una bendición para nuestros esposos, nuestro hijos, nuestra Iglesia y comunidad.

La responsabilidad primordial de la esposa es darse a sí misma, su tiempo, su dedicación, y su energía a su esposo, hijos y hogar.

 


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