Esposas
Una Sola Carne
De vez en cuando es necesario evaluar nuestras actitudes e ideas para ver si están de acuerdo con lo que Dios quiere, o si estamos imitando al mundo. Así es el caso cuando se refiere al matrimonio. Cuál es el plan de Dios referente al matrimonio? Cómo es que los cristianos han permitido que el mundo les infecte con sus ideas erróneas?
Miramos lo que Dios dice al respecto del matrimonio. El empieza con la unión del primer hombre y la primera mujer en Génesis 2:24 donde se explica: «Por tanto, el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.» Este pasaje se refiere a la necesidad del hombre separarse de sus padres (padre Y madre) y unirse a su mujer. La separación es necesaria para que la unión sea completa. Cuando el hombre no se separa de sus padres, se crea muchas dificultades en el matrimonio.
Las Casadas Estén Sujetas A Sus Propios Maridos
por Aurora Moreland
21Someteos unos a otros en el temor de Dios. 22Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor, 23porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.
Efesios 5 :21-23
Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor. Observemos la comparación «Como al Señor«. Esta sujeción no se puede dar si no está de la mano del amor por el esposo. Uno de los malentendidos más frecuentes en la relación matrimonial es precisamente la instrucción que dice «Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor»,puesto que la «mujer moderna» no acepta que el hombre «la mande» pues ella es «igual o mejor» que su marido, pensamientos que lejos están de buscar el bienestar matrimonial, pareciendo mas bien que se tratara de una competencia. Muchos hombres han hecho mal uso de esta instrucción Bíblica pretendiendo que sus mujeres les obedezcan ciegamente, pasando por alto el verso 21 que claramente dice «Someteos unos a otros en el temor de Dios» es decir que esta sujeción debe ser mutua, pues ambos se deben uno al otro, respetando el orden establecido por Dios que dice que es el hombre la cabeza del hogar, a quienes además instruye en el sentido que deben amar a su mujer como a su propio cuerpo. Es responsabilidad del esposo amar a su esposa. Una mujer que se sienta amada, no tendrá el más mínimo inconveniente para sujetarse en amor a su marido. Sigue leyendo